Mc. 8, 31 – 38 Primer anuncio de la pasión

“Y empezó a instruirlos: El Hijos del Hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días. Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó a parte y se puso a increparlo. Jesús se volvió, y de cara a los discípulos increpó a Pedro: ¡Quítate de mí vista Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!
Después llamó a la gente y a sus discípulos y les dijo: El que quiera venirse conmigo, que se niegue así mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi y por el evangelio, la salvará. Pues ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida? ¿O qué podrá dar uno para recobrarla? Quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación descreída y malvada, también el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre entre los santos ángeles.



Comentario y pistas para la oración
Jesús hace a sus discípulos el primer anuncio de su pasión. Pedro no lo entiende, seguramente pensaba que Jesús terminaría por tomar las armas para liberar al pueblo del poder de Roma. Pedro lo toma a parte para expresarle que está en contra de este anuncio. Aunque estaban en un “aparte” Jesús está interesado en que todos oigan lo que le dice a Pedro: “tú piensas como los hombres y no como Dios”
Jesús propone a los presentes la negación de sí mismo y la pérdida de la vida. No podemos entender esto en sentido negativo, sería un disparate o un puro masoquismo. Consiste en llevar mi persona a su plenitud y toda esta riqueza desgastarla por la construcción del reino de Dios. Esta construcción comienza por uno mismo.
-         ¿Tengo yo el mismo problema que Pedro? ¿soy capaz de entender y vivir la cruz que supone el seguimiento de Jesús?
-         ¿A qué tengo que renunciar para ser más fiel a Jesús? ¿Qué anclajes tiene mi vida, mi personalidad?
-         Deja que las palabras de Jesús resuenen en tu interior: “¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? Algunos creyentes han hecho adelante en el camino del seguimiento y han permanecido por meditar estas palabras.
-         Párate en cada una de las palabras de Jesús, deja que resuenen en tu interior
Pedro nos habla:
Ha sido una bofetada escuchar a Jesús hablarme de esa manera, pero lo necesitaba. Él ha sabido abrirme los ojos.
Ahora me doy cuenta de lo ciego que he estado. Es cierto, seguir al Maestro requiere renuncia, y yo he estado todo este tiempo anclado en mis antiguas costumbres y en mi manera de ver las cosas. Desde luego me sería más cómodo seguir como estoy ahora, pero ¿quién le niega a Jesús una renuncia? Me ama tanto, lo sé, lo puedo experimentar. Además Él ha dado sentido a mi vida desde que lo conocí. ¿Es que por comodidad me voy a quedar en lo mismo de siempre? Deseo conocerlo más a fondo, acercarme a Él, por eso debo renunciar. Además la gente se merece recibir de mí lo mejor de mí mismo, y no solamente las migajas que me sobran.
Yahvéh, Dios Padre Todopoderoso, escucha mi pobre oración, dame fuerza para salir de mí mismo. Que el amor de tu Hijo me llegue hasta el fondo del alma y me haga capaz de entregarme por entero. Ten compasión de este hijo tuyo.


Inma Fabregat

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