Comentario
y pistas para la oración
Jesús propone a los presentes la negación de sí mismo
y la pérdida de la vida. No podemos entender esto en sentido negativo, sería un
disparate o un puro masoquismo. Consiste en llevar mi persona a su plenitud y
toda esta riqueza desgastarla por la construcción del reino de Dios. Esta
construcción comienza por uno mismo.
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¿Tengo
yo el mismo problema que Pedro? ¿soy capaz de entender y vivir la cruz que
supone el seguimiento de Jesús?
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¿A qué
tengo que renunciar para ser más fiel a Jesús? ¿Qué anclajes tiene mi vida, mi
personalidad?
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Deja
que las palabras de Jesús resuenen en tu interior: “¿de qué le sirve a un
hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? Algunos creyentes han hecho
adelante en el camino del seguimiento y han permanecido por meditar estas
palabras.
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Párate
en cada una de las palabras de Jesús, deja que resuenen en tu interior
Ha
sido una bofetada escuchar a Jesús hablarme de esa manera, pero lo necesitaba.
Él ha sabido abrirme los ojos.
Ahora
me doy cuenta de lo ciego que he estado. Es cierto, seguir al Maestro requiere
renuncia, y yo he estado todo este tiempo anclado en mis antiguas costumbres y
en mi manera de ver las cosas. Desde luego me sería más cómodo seguir como
estoy ahora, pero ¿quién le niega a Jesús una renuncia? Me ama tanto, lo sé, lo
puedo experimentar. Además Él ha dado sentido a mi vida desde que lo conocí.
¿Es que por comodidad me voy a quedar en lo mismo de siempre? Deseo conocerlo
más a fondo, acercarme a Él, por eso debo renunciar. Además la gente se merece
recibir de mí lo mejor de mí mismo, y no solamente las migajas que me sobran.
Yahvéh,
Dios Padre Todopoderoso, escucha mi pobre oración, dame fuerza para salir de mí
mismo. Que el amor de tu Hijo me llegue hasta el fondo del alma y me haga capaz
de entregarme por entero. Ten compasión de este hijo tuyo.
Inma Fabregat
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