Mc. 10, 17 – 20 El hombre rico


“Se ponía ya de camino cuando uno corrió a su encuentro y, arrodillándose ante él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino solo Dios. Ya sabes los mandamientos: no mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes falso testimonio, no seas injusto, honra a tu padre ya a tu madre. Él entonces le dijo: Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud.

Jesús fijando en él su mirada, le amó y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende cuanto tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme. Pero él abatido por estas palabras, se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes”



Comentario y pistas para la oración
Este hombre corre al encuentro de Jesús, tal vez había visto que Jesús junto con sus discípulos iba ya a abandonar aquél pueblo, él no puede permitir que Jesús se marche sin haber hablado primero con Él. Tal vez estaba dudando y por eso esperó hasta el último minuto. Se arrodilla, señal que para él Jesús era alguien muy importante y lo respetaba, más aún, lo veneraba.
Llama a Jesús: Maestro bueno y Jesús no acepta el título porque dice que bueno solo es Dios. Medito sobre esta afirmación “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino solo Dios”
Este judío era un buen israelita, observante de la ley, pero desea algo más o busca algo más. Jesús le propone un camino de radicalidad: “Vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, después ven y sígueme”
Venderlo todo es darlo todo, no solo lo material, sino absolutamente todo, lo que se tiene y lo que se es, no reservarse nada para sí mismo.
El texto dice que Jesús lo miró y lo amó. Jesús es tierno, humano, acogedor. Quiere que este hombre lo acompañe, que viva con él y comparta la misión de anunciar el Reino. Pero este hombre no fue capaz de dar este paso porque tenía muchos bienes. Se queda anclado en lo de siempre, no es libre, no es capaz de desprenderse.
-         ¿Qué apegos hay en mi vida? ¿Qué me hace seguir anclado? ¿A qué estoy anclado?
-         ¿Me pasa tal vez como a este hombre, quiero acercarme a Jesús pero lo dejo siempre para después?
-         ¿Qué es lo que tengo qué vender yo y darle a los pobres?
-         ¿Crees que Jesús te hace la invitación a seguirle más de cerca?


                                                                                   Inma Fabregat



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