“Los apóstoles volvieron a reunirse
con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. El les dijo: Venid
vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco. Porque eran tantos los
que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca
a un sitio tranquilo y apartado: Muchos los vieron marcharse y los
reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel
sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y les dio
lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles
con calma. Cuando se hizo tarde se acercaron sus discípulos a decirle: Estamos
en despoblado y ya es muy tarde. Despídelos que vayan a los cortijos y aldeas
de alrededor y se compren de comer. Él les replicó: Dadles vosotros de comer.
Ellos le preguntaron: ¿Vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para
darles de comer? Él les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Id a ver. Cuando lo
averiguaron le dijeron: cinco y dos peces. Él les mandó que hicieran recostarse
a la gente sobre la hierba en grupos. Ellos se acomodaron por grupos de ciento
y de cincuenta.
Comentario
y pistas para la oración
Como los
discípulos no han sido fieles al envío de Jesús y han provocado el entusiasmo
de la gente, en cuanto detectan al grupo empiezan a seguirlos, esta vez no
siguen al Maestro sino a los doce, ellos han sido los transmisores de este
mensaje erróneo.
Jesús quería
llevar a los doce aparte para volverles a transmitir el mensaje de
universalidad que él quiere transmitir. Es erróneo pensar que los judíos son
superiores a los otros pueblos. Jesús se da cuenta que sus discípulos no lo han
entendido y ve la necesidad de insistir en el mensaje. Pero de camino los
alcanza la gente y Jesús no los despide, su corazón compasivo se lo impide, se
da cuenta que esa multitud tampoco entiende el mensaje y decide enseñarles con
calma, es decir, sin tiempo, por eso se hace tarde.La compasión de Jesús alcanza a la gente que los ha seguido, no acepta despedirlos sin comer, podrían haber desfallecido por el camino, entonces, en un derroche propio de la generosidad de Dios y como un signo del reino, da de comer a la multitud. Enseña también a sus discípulos a no quedarse impasibles ante la situación de desamparo de la multitud. Ellos proponen al Maestro: “despídelos” Pero Jesús contesta: “Dadles vosotros de comer” Los fuerza a compartir lo poco que tienen, los discípulos pensaban que la situación no era asunto suyo, pero Jesús les enseña que no es así, que ellos pueden hacer algo para remediarlo, los compromete con la realidad.
A sus apóstoles los convierte en servidores de la multitud. Es una clase práctica para enseñar lo que se espera o lo que se le pide a un seguidor de Jesús: que sirva a la comunidad de creyentes.
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¿Dónde
te sitúas tú? ¿Eres tal vez uno más de la multitud, te ves cerca de Jesús, te
identificas con uno de sus apóstoles?
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¿Te
sientes cansado/a? ¿Crees que eres tú quién está como una oveja sin pastor?
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¿Serías
capaz de identificarte con los sentimientos de Jesús, de sentir tú mismo/a
compasión por los que te rodean? ¿De ver
a los demás como personas necesitadas (como ovejas sin pastor)?
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Tal
vez, como a los apóstoles, a ti te puede parecer que hay situaciones en las que
no te corresponde intervenir, pero Jesús te enseña que no es así, que en ti hay
capacidades que Él necesita para el reino.
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Pide a
Jesús lo que necesitas, comunícale tus sentimientos.
Inma Fabregat
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